El espacio. Un satélite láser se posiciona sobre los EE.UU. Empieza a calentar los generadores. Una luz violácea es disparada y atraviesa la inmensidad de manera simple y sencilla.
Los transeúntes y millares de turistas de la gran urbe contemplan el espectáculo en el cielo, preguntándose que sera esta misteriosa luz. De repente la temperatura del ambiente sube. Todo estalla. Se desata en el caos y la destrucción. La sangre en las persona empieza a hervir dentro de sus cuerpos causando una muerte agónica. Un genocidio en masa.
Un misterioso hombre aparece en la pantalla del gabinete de crisis del gobierno norte-americano. Exige su rendición incondicional o Nueva York será la siguiente en la lista. La respuesta es tajante: "Los Estados Unidos de América no negocia con terroristas..."
De esta manera arranca Vanquish, el primer trabajo de Shinji Mikami (creador de sagas míticas como Resident Evil o Devil May Cry) para el estudio japones Platinum Games, y si algo sabe hacer Mikami es crear juegos espectaculares.
Vanquish nos plantea un futuro ultra-tecnificado, donde las batallas son libradas por robots y los humanos solo interfieren en caso de extrema urgencia como es el caso. Elizabeth Winters, presidenta de los EE.UU. encomienda a Robert Burns y su compañía Bravo la misión de evitar que Víctor Zaitsev líder del grupo terrorista, consiga llevar a cabo su plan de aniquilar a toda la población neoyorkina. El limite de tiempo es ocho horas, así que van a tener que ir muy rápido... Dado la gravedad del asunto deciden incorporar a la compañía bravo un miembro de DARPA (Agencia de Investigación de Proyectos Avanzados) llamado Sam Gedeón, nuestro protagonista. La aportación de Sam a la misión es el equipo que lleva consigo, una armadura de combate de nueva generación bautizada con el nombre de ARS (Armadura de Reacción Aumentada). La tecnología de este traje robótico permite a Sam reaccionar de manera muy rápida a todo lo que ocurre en su alrededor, proporcionando a su portador una gran capacidad de maniobra en el combate y todo una colección de armas en la palma de su mano.

El ARS guarda un par de ases en la manga, y es que una de sus mayores aplicaciones es la "hiperpropulsión" que ofrece. Con este traje podemos acelerar nuestro avance agazapándonos al asfalto y recorrer grandes distancias a grandes velocidades, o esquivar ataques enemigos de manera vertiginosa. Pero como reza el eslogan de cierta compañía de neumáticos "la potencia sin control, no sirve de nada"; así que también disponemos de la capacidad de raletentizar el tiempo, cosa que nos facilitara mucho el apuntado y localización de los puntos débiles de nuestros enemigos. Este curioso efecto se puede activar automáticamente (el traje lo usa como medida de alerta al recibir daños graves) o manualmente, incluso en mitad de un esprint alocado.
Por otra parte, el ARS también funciona de arsenal portátil y es capaz de proporcionarnos varias armas que se crean y transformar de manera espectacular ante nuestros ojos. Al contrario que en otros TPS (Third person shooter) donde nuestro protagonista se saca las armas casi por arte magia de la espalda, en Vanquish gozamos de un efecto de morphing a piezas, algo parecido a lo visto en la pelicula Ultraviolet.
Con estas premisas sobre nuestro personaje, que nos encontramos en el campo de batalla? Pues multitud de enemigos y una jugabilidad frenética. No nos engañemos, Vanquish bebe de las aguas de Gears Of Wars de manera descarada, pero al contrario que las hordas Locust, los ciber-ejércitos de Vanquish se mueven con mucha más rapidez y agilidad, haciendo que las coberturas no sean tan obligatorias en los tiroteos y podamos corretear por la pantalla usando la velocidad de aliada para emboscar a los robots asesinos. Otra de las cualidades que diferencia este Vanquish de su "rival", es su característico toque oriental. Y es que Vanquish es un juego MUY japonés, y eso se nota en cada uno de sus aspectos tanto jugables como visuales. Sam parece más un ciberninja (quiza un diseño premonitorio de la futura obra de Platinum, Metal Gear Rising) que un soldado americano, y sus contrincantes son mechas en miniaturas, cuando no verdaderos titanes robóticos al mas puro estilo Evangelion.
Como ya he dicho la jugabilidad es pura adrenalina desbocada y apenas tendremos momentos de descanso aparte de los que nos darán entre misión y misión. Una vez que empezamos a pegar tiros y a avanzar por las pantallas, la diversión se hace patente de inmediato. Vanquish es rápido y frenético, con un control simple pero efectivo y un maravilloso sistema de apuntado que nos permitirá acertar a todo aquello a lo que apuntemos; aunque sea la punta del dedo pequeño del pie que asoma casi de manera imperceptible de una cobertura, aun así si apuntamos bien, podemos alcanzar a nuestro objetivo con una bala, cosa que se agradece en estos juegos en donde las coberturas y parapetarse tras ellas por ambas partes del combate es casi primordial.
Lamentablemente encontramos en el juego ciertas lacras que a mi parecer desvirtúan el juego. Lo primero es su escasa duración ya que en apenas siete horas nos podemos ventilar este titulo, aunque el título ofrece una alta re-jugabilidad, ya que el titulo se divide en 5 actos y cada uno de estos en varias misiones; puntuando nuestra partida en función del tiempo que tardemos, la cantidad de enemigos abatidos, el tiempo a cubierto, y nuestra precisión en los disparos. Aliciente suficiente para que los mas hardcore traten de mejorar su marca personal o batir las de sus amistades. Otro fallo es su trama argumental. El guion es de lo mas simple y plano que nos podamos echar en cara, haciendo que incluso la trama principal no tenga nada que ver con los acontecimientos de las misiones, y es que por una parten nos muestran la preocupación de las altas esferas políticas y por otra la batalla en primera linea, que apenas comparten objetivos tácticos y/o militares. La verdad es que al contrario que en Gears, aquí poco o menos nos importa la salvación de nuestros compatriotas si no fuera por que de vez en cuando nos lo recuerdan de manera muy por encima, casi como un "Hey que aparte de machacar montones de cafeteras con patas también estas salvando la humanidad!"... Otro aspecto a mejorar es el carisma de Sam, un personaje por el cual no sentiremos ninguna afinidad y que ademas su vicio a la nicotina parece más una pose de adolescente que no la de un veterano de guerra...
En definitiva Vanquish ofrece los que nos promete: diversión espectacularidad en cada una de sus escenas y una jugabilidad a prueba de bombas, pero que sus pequeños defectillos lo convierten, para mi, en un juego del montón. Esta generación está plagada de buenos shooters, juegos que marcan un punto y aparte en el genero, pero de entre los cuales, Vanquish, no aporta nada nuevo... No por ello deja de ser un titulo atractivo para todos aquellos que no lo hayan probado. Su relación durabilidad-diversión es quizá de los mejores que hay en la actualidad. Así que no dudéis en jugarlo si tenéis la oportunidad!
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