lunes, 25 de febrero de 2013

El Precio del Poder


Con todo el aluvión de noticias y filtraciones sobre la nueva generación, la lucha contra la segunda mano, el juego en la nube, y las descargas digitales, hay una cosa que está muy clara: Los usuarios cada vez miramos más por nuestro bolsillo.


Quiero dejar claro ante todo que estoy muy en contra de la piratería. Para mi es una falta de respeto hacia toda esa gente que dedica su tiempo y esfuerzo en crear algo "artístico". Podemos discutir luego si el resultado final es de nuestro agrado, o no, pero ante todo esa gente merece un reconocimiento por su labor. A nadie le gusta trabajar en balde y mucho menos de manera desinteresada si pretendemos obtener un beneficio de ello. Al fin y al cabo es su oficio, un trabajo a jornada completa y la manera en como se ganan la vida, y en esta sociedad nuestro trabajo es el sustento de la economía de cada uno.

Hecha esta pequeña disertación, me gustaría exponer mi humilde opinión sobre la controversia creada alrededor de la segunda mano, las descargas digitales y los precios dentro del entretenimiento electrónico.

Pienso que los precios de los juegos de salida son abusivos. Y esto es así. La situación económica mundial no está pasando por sus mejores momentos, y todos tratamos de recortar gastos innecesarios; y seamos sinceros, los videojuegos son un lujo secundario. Así que es normal que cada vez más nos pensemos detenidamente nuestra siguiente compra. Por otra parte, también es cierto que la industria nos impulsa a la compra compulsiva de nuevos títulos, ya que todos los meses se ponen a la venta un mínimo de dos o tres juegos AAA, títulos de gran factura técnica y presupuestos millonarios, garantía de calidad.


Antiguamente se solían racionar más los lanzamientos, pero a medida que los medios de comunicación se han ido especializando, la industria también quiere demostrar su capacidad. A nadie le gusta la mala prensa, y con la proliferación de nuevos estudios, desarrolladores, plataformas y franquicias, es normal que todo el mundo quiera sacar tajada del pastel y ver su nombre bien situado en el candelero.

La tecnología avanza, y con ello la facilidad de crear juegos y darse a conocer en los medios. La competencia cada vez es más feroz y en medio de todo ello, estamos los usuarios, bombardeados constantemente con nuevos y prometedores lanzamientos de tal o cual compañía. Las empresas saben que el mundo gamer es muy competitivo, y que en fondo, todos los usuarios queremos ser el mejor. No hay trofeo más grande para nosotros que ver nuestras iniciales en el puesto más elevado de la pantalla de highscore. Por ello, más que competir por nuestro dinero, las empresas compiten por nuestro tiempo. Saben que no podemos jugarlo a todo, así que su esfuerzo consiste en llamar nuestra atención, y por ende, decidamos invertir parte de nuestro salario en un título u otro.

Llegados a este punto, es cuando aparecen en escena las distribuidoras y los comercios. Estas empresas, ajenas al proceso de desarrollo, evidentemente hacen que el producto que nosotros vemos en las estanterías vea su precio incrementado. La distribuidora quiere recuperar la inversión en el transporte y la publicidad, y los comercios a su vez deben pagar a estas distribuidoras y conseguir un beneficio para mantener el negocio a flote. Por no hablar de los gastos que supone la fabricación y producción del soporte físico en sí (caja, manual, disco, etc...). Todo ello, sumado, hace que el precio final que tendrá que desembolsar el comprador, nos resulte elevado, e incluso sangrante en determinados títulos.

La situación en las consolas se podía mas o menos controlar. Piratear las nuevas maquinas cada vez es más engorroso, y las probabilidades de que al alterar el componente electrónico de la consola, esta sufra desperfectos contra los cuales no podemos reclamar a nadie, perdiendo toda garantía por parte de la empresa fabricante, ha minorizado esta practica. Pero, y en PC? El PC, ese paraíso de la manipulación de la ingeniera electronica... Como evitar la alarmante piratería en una plataforma donde el usuario es amo y señor de cada parte de los componentes de la maquina? Donde hay cracks, y parches por doquier? Donde el acceso a los rincones más oscuros de la red y el intercambio de información no tiene limites? Para ello, Valve dio con la solución que, hasta la fecha, está demostrando ser la medida más efectiva para combatir tanto la piratería como la segunda mano: Steam.

Valve conoce al usuario, y sabe lo que quiere: Jugar mucho, pagar poco. Así emprendió una tarea arriesgada, casi suicida: Prescindir de las distribuidoras y los comercios, ofreciéndose como intermediador entre los desarrolladores y el usuario. Fácil. Simple. Efectivo. Si quitamos de la ecuación todo el porcentaje económico resultante del engorro a la hora de dar forma y salida al formato físico, se podían permitir vender el mismo producto a precios mucho más rebajados. El usuario paga menos por el mismo producto y la empresa creadora del título obtiene beneficios. Bingo!

Y así si da gusto invertir en la industria. Si bajan los precios, aumenta la compra y la demanda. Y no me tengo que preocupar de si tendrán ese juego en mi tienda habitual, o estar sujeto a la cifra que marque la etiqueta de la caja, o tener que matarme a comparar precios entre webs de importación... Admitámoslo, vivimos en una era tecnológica y digital, y el formato físico está encareciendo un producto que, cada vez más, se nos antoja de consumo indiscriminado, al cual sólo le vamos a dar un solo uso y pasaremos al siguiente juego de la lista...

Y si, es cierto, perdemos un componente clásico, y el ritual de abrir una caja, ojear el manual, la emoción de introducir el disco en la consola... Pero si para ello tengo que pagar el doble por el mismo producto... no se yo. Cierto que no puedo compartir los juegos, pero si en vez de comprarme un juego a 70-60 €, me puedo comprar cinco por el mismo precio, no me importará tanto tardar en jugar a ese juego del que tanto hablan, porque tarde o temprano lo rebajarán a un precio casi irrisorio. Por no hablar de la comodidad de poder acceder a ellos sin tener que desplazarme a una tienda, o esperar a que me lo envíen por mensajería.

Evidentemente que soy amante de lo físico, pero actualmente lo veo más como una pieza de coleccionismo. Y a eso quedará relegado. Es una pena, si, pero todos tenemos ese titulo por el cual no nos importará pagar un poco más con tal de llegar a casa y verlo ahí  en la estantería, brillando con luz propia por encima de los demás. Porque ahí es donde cobra vida el simbolismo de lo físico, en el saber que hemos comprado una pequeña obra de arte, algo que querremos conservar en el tiempo y poder usar nuestros sentidos, tocarlo, verlo, olerlo...

Cadenas especializadas como Game o GameStop, tendrán que cerrar muchas tiendas, cierto, pero también hay que dejar claro que en esos establecimientos, en ocasiones nos encontramos con la misma disponibilidad de ciertos títulos (y no muchos más...) que en grandes superficies, no tan dedicadas a los videojuegos, como FnacMedia Markt o incluso determinados El Corte Ingles o CarrefourSe enorgullecen de saber de videojuegos, pero vete a preguntar sobre un juego que salió hace un par de años, o sobre ese juego de ese pequeño estudio desarollador que apenas ha sido anunciado a bombo y platillo por los medios... Cuando no te topas con algún dependiente que no sabe muchas veces ni lo que vende. Se han centrado tanto en la segunda mano que han perdido de vista su objetivo principal: La atención personalizada al jugón y la confianza de que ahí encontrará lo que necesita.


Jugamos a muchas cosas, muchísimas, pero con el tiempo solo nos acordaremos de que aquellos juegos que nos han marcado. Y por ello prefiero jugar en digital, y a precios reducidos, a esos juegos que pese a ser buenos y entretenerme gratamente, pasarán a engrosar la lista de juegos del "montón", y admirar en mi estantería aquello que considero que son autenticas joyas de los videojuegos, sabiendo que podré disponer de ellos pasen los años que pasen. Serán mi legado. Mi manera de enseñarle a todo aquel que aprecie este arte, lo que para mi son piezas dignas de exponer en mi pequeño y humilde museo del videojuego. Un recordatorio para la memoria y los sentimientos, en una época en donde apenas recordamos a que estábamos jugando ayer...

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